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El Ministerio de Deportes brasileño aseguró que no ha utilizado dinero público para la construcción o remodelación de los estadios de fútbol que servirán de escenario a la Copa del Mundo Brasil 2014, desmintiendo así versiones difundidas esta semana por el Tribunal de Cuentas de la Unión, a través del portal UOL.
“No hay ningún centavo del presupuesto de la Unión destinado a la construcción o reforma de los estadios para el Mundial”, aseguró el Ministerio mediante un comunicado oficial.
La institución explicó que los fondos utilizados en esas obras se obtuvieron de préstamos que los propietarios de cada uno de los 12 estadios deberán devolver oportunamente.
“El Gobierno central se limitó a ofrecer a los constructores una línea de crédito a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) con intereses, plazos y garantías normales”, afirma el texto.
El Ministerio sí admitió haber ofrecido algunas exenciones fiscales, para alentar la construcción o reforma de los estadios, pero sostuvo que “no pueden ser consideradas gastos, porque sirven para generar empleos e incentivar el desarrollo económico y social”.
De acuerdo con el comunicado, solamente las obras de los seis estadios ya terminados generaron más de 24 mil 500 empleos directos.
Asimismo, el Gobierno reconoció también una destacada inversión en áreas como sistemas de transporte, puertos, aeropuertos, seguridad pública, energía, telecomunicaciones e infraestructura turística.
“La organización del torneo representó una oportunidad para acelerar inversiones en infraestructura y servicios que mejoran las ciudades y la calidad de vida de la población”, señala el comunicado.
El ente rector del deporte brasileño aprovechó la ocasión para informar que, hasta la fecha, se ha gastado una suma equivalente a 14 mil millones de dólares, cifra inferior en al menos dos mil 600 millones a lo estimado originalmente, según reseñó la prensa local.
A pesar de esta inversión, el Mundial demandará, en promedio, a cada contribuyente, una cantidad de dinero similar a la que costó, en los respectivos países, la organización de los tres torneos previos, Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
Algunas de las manifestaciones que han sacudido a Brasil en los últimos días fueron motivadas por los supuestos elevados gastos del Gobierno en la construcción de los estadios.
Las manifestaciones comenzaron en Sao Paulo y se han extendidos a un centenar de ciudades. Los brasileños reclaman mayores inversiones en salud y educación pública, y critican los elevados gastos para organizar eventos el Mundial.
La presidenta Dilma Rousseff, sostendrá este lunes una reunión con los gobernadores de las 27 entidades del país y con los alcaldes de las capitales regionales, con el objetivo de discutir el Pacto Nacional por el mejoramiento de los servicios públicos.
teleSUR-Télam-ElUniversal-PuebloEnlínea/MARL
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