BBC.- A Masomah le arrojaron piedras y frutas simplemente por tomar la carretera en su Afganistán natal, donde los ataques selectivos contra civiles por parte de combatientes talibanes, en particular mujeres prominentes, han ido en aumento.
Finalmente, la situación se volvió tan peligrosa que Masomah y su familia huyeron de Afganistán en 2016 y solicitaron asilo en Francia.
Pero ese no fue el final de su historia ciclista.
Ganó una beca olímpica para atletas refugiados que ayudó a financiar su entrenamiento y en mayo fue elegida para representar al Equipo Olímpico de Refugiados en Tokio.
El miércoles se alineó junto a otras 24 corredoras en el Fuji International Speedway como un igual.
"Es una gran responsabilidad ya que represento a 82 millones de refugiados ya todas las mujeres en Afganistán y otros países donde la gente piensa que no deberían andar en bicicleta", dijo a BBC Sport.
"Me enorgullece representar al equipo de refugiados y enviar un mensaje de esperanza y paz".
Para hacer la historia de Masomah aún más notable, el miércoles fue la primera vez que compitió en un evento de contrarreloj.
"Fue la primera contrarreloj en mi vida porque me preparé para la larga distancia, pero en el último minuto decidimos hacer la contrarreloj", agregó.
"Fue una experiencia inolvidable para mí".
Masomah finalmente cruzó la línea en el último lugar cuando Annemiek van Vleuten de los Países Bajos se llevó el oro, pero simplemente estar allí representó mucho más.
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