Lo hecho por el equipo de Pekerman en esta edición de la
Copa América fue frustrante. Tanto para el grupo de jugadores y cuerpo técnico
como para los hinchas que tenían la fe y esperanza de levantar la copa por
segunda vez en la historia, tras la obtenida en 2001.
ca2015 - ANDRÉS RESTREPO. - Desde el primer partido se
sabía, o se sospechaba, que Colombia no tenía el nivel ni el ritmo suficiente
para llegar hasta la final. Por el contrario, sus presentaciones fueron dejando
cada vez más dudas, sobretodo con el agravante de las lesiones y las bajas en
el medio campo defensivo.
Aquel fútbol vistoso que mostró Colombia en el Mundial se
esfumó. El nivel de algunos jugadores fue la clave del fracaso colombiano en
esta Copa América. Los delanteros no aparecieron, el mediocampo ofensivo estuvo
intermitente; lo único bueno que tuvo el equipo de Pekerman en este torneo fue
la defensa, en especial Murillo y sobretodo David Ospina. Lejos, el mejor
jugador del equipo en este torneo.
De cara al futuro habrá muchas cosas que mejorar. Algunos
nombres deberán desaparecer de la lista de convocados para las Eliminatorias y
habrá que empezar con lo mejor que se tiene. El recambio generacional habrá que
acelerarlo si se quiere empezar con pie derecho en el camino hacía Rusia 2018.
Este 2015 Pekerman y su equipo defraudaron. Las decisiones
que tomó en algunos partidos fueron determinantes, casi inentendibles. El hecho
de insistir en Falcao, a pesar de su evidente bajón futbolístico y no tener un
evidente cambio de actitud, dejan mucho para pensar en el futuro.
Colombia se despide de una nefasta Copa América, casi tan
mala como la que jugó en Venezuela en 2007. Solo anotó un gol, le anotaron uno
y deja muchos interrogantes por responder si se quiere continuar con un proceso
que ha demostrado cosas mucho mejores que las que mostró en Chile.
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