Uno de
cada 300 jóvenes tiene una anomalía cardíaca que puede causar muerte súbita y
el deporte multiplica por 3 el riesgo
La muerte
súbita en deportistas siempre genera alarma social. Y más en el
caso de aficionados de corta edad. Y es que morir por fallo del corazón no es
un evento frecuente entre niños y adolescentes. La incidencia en menores de 35
años es de una por cada 40.000-50.000 personas, aunque los datos disponibles
muestran que el 40 % de estos casos ocurren en menores de 18 años. Aun así, la muerte
súbita cardiaca en adolescentes puede evitarse mediante prevención hasta en un
90 %. En las siguientes líneas vemos cómo.
Casi de uno de cada tres menores practica deporte
al menos tres veces a la semana en nuestro país., el 30 % de los niños y las
niñas de entre 10 y 11 años hace alguna actividad física de manera habitual; el
porcentaje sube hasta los 31 puntos en el caso de los pequeños de 12 y 13 años
y uno más, hasta alcanzar el 32 %, entre los de 14 a 18 años. Sin embargo, esta
buena costumbre también tiene sus riesgos en el caso de jóvenes con algunas
cardiopatías, si no se toman las medidas de prevención oportunas.
Muerte súbita en niños y
adolescentes
La muerte súbita es el peligro más fatídico. Este
fallecimiento inesperado y repentino de un niño aparentemente sano es más
frecuente a partir de los 10-12 años y hay
una cierta preferencia por los varones. Y puede ocurrir
haciendo cualquier deporte. Pasa en los más
practicados, como fútbol, baloncesto, ciclismo o atletismo, pero no hay
estudios de identifiquen uno como de riesgo especial. No obstante, "el
deporte no aumenta el riesgo de muerte súbita por sí mismo. Es muy sano y se
debe practicar y animar a nuestros hijos a que lo practiquen. Solo incrementa
el riesgo en aquellos niños con una cardiopatía potencialmente causante de
muerte súbita que no ha sido diagnosticada y, por lo tanto, no tratada",
comenta Alicia Maceira, especialista en cardiología en el grupo biomédico ASCIRES.
En menores de 35 años, entre las causas más comunes
de muerte súbita están las miocardiopatías (hipertrófica,
arritmogénica, dilatada), las anomalías coronarias y
las canalopatías. Muchas de estas cardiopatías no presentan
síntomas, son silenciosas, sin embargo, la médica recomienda consultar con el
pediatra o cardiólogo cuando, durante la actividad deportiva, se produzcan
mareos, pérdidas de conocimiento, dolores torácicos puntuales o palpitaciones.
Y es que estas enfermedades del corazón que podrían
desencadenar el letal fallo cardiaco están en uno de
cada 300 jóvenes. Y el deporte, aun siendo salud, en estos
casos resulta decisivo. "En pacientes con cardiopatía, la práctica
habitual de actividad física multiplica por tres el riesgo de muerte
súbita", puntualiza la cardióloga.
Muerte súbita en niños y
adolescentes: cómo prevenirla
Por eso resulta clave someterse a una simple revisión
cardiológica, ya que "es capaz de detectar la mayor parte
de las cardiopatías causantes de muerte súbita", reconoce la cardióloga.
Luego, ya será el cardiólogo el que indique el tipo de deporte a practicar o
contraindique la actividad deportiva.
En España esta sencilla medida preventiva está
ahora al alcance de muchos de los niños a través de Cardiopredict, un
programa integral de prevención de muerte súbita diseñado para detectar
anomalías cardiacas graves entre adolescentes y que se estima que puede
prevenir hasta en un 90 % los fallecimientos provocados por estas patologías.
Más de 1.200 estudiantes, de entre 15 y 16 años, de Madrid, la Comunidad
Valenciana y Cataluña han participado en esta iniciativa, que pronto se podría
extender a otras comunidades, como adelanta Alicia Maceira, su coordinadora.
"La edad de 15 años es la más adecuada, porque el rendimiento diagnóstico
de las pruebas básicas es mayor que en niños menores y, por tanto, podemos
obtener información más precisa", señala.
El programa, tiene una primera fase de sesiones
informativas en centros escolares y clubes deportivos, para dar
a conocer todo lo relacionado con la muerte súbita. Después, los padres y
madres interesados autorizan a sus hijos a pasar revisiones
gratuitas. "Registramos la historia familiar y personal
del niño, al que realizamos una exploración física, un electrocardiograma y un
ecocardiograma. Y, si tenemos sospecha de anomalía, pasamos a pruebas
diagnósticas avanzadas, como la cardiorresonancia magnética o un test genético,
también libres de costo", explica la doctora.
Solo el 23 % de los alumnos de esta primera edición
se sometieron a las revisiones médicas, "lo que nos sugiere falta de
concienciación general con esta patología", reconoce la cardióloga. Y de
esos casi 300 jóvenes -más chicos que chicas-, en torno al 2,5 % mostraron
algún tipo de anomalía. Las pruebas adicionales descartaron falsos indicios,
pero también confirmaron cardiopatías no diagnosticadas y alteraciones
genéticas que podrían ser significativas. "Hemos tenido varios hallazgos
patológicos, con una incidencia similar a los estudios publicados",
apunta.
El programa también imparte talleres
prácticos de reanimación cardiopulmonar (RCP),
en los que se explica a los jóvenes cómo hacer maniobras de reanimación y el
uso básico de los desfibriladores.
Otras enfermedades que pueden
ocasionar problemas con el ejercicio
Las enfermedades neurológicas también pueden estar
detrás de una muerte súbita. Algunos epilépticos pueden
tener crisis desencadenadas por el ejercicio. Y aunque es muy raro, lo
aconsejable es que estas personas no hagan deportes con alto riesgo de
accidentes, como escalada, buceo o ciclismo. Además, también señalan que
algunas malformaciones vasculares cerebrales pueden
ocasionar muerte súbita con y sin ejercicio físico.
Mientras, para la diabetes o
el asma no está contraindicado deporte alguno, pero
también advierten que hay que valorar cada caso y tener a mano los medios de
tratamiento adecuados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario