COPA AMÉRICA. - Frenético, sin respiro arrancó el partido. Con Chile edificando sus
avances desde el fondo, con Argentina presionando bien arriba y con dos equipos
que demostraron tener como premisa el buen trato de la pelota.
Chile tardó poco en adueñarse del
protagonismo y, por primera vez en el torneo, el equipo argentino
sintió que le robaron la pelota . El equipo de Sampaoli encontró
grietas a espaldas de Rojo con las proyecciones de Isla y tanto Demichelis como
Otamendi defendieron al límite. El partido se jugó a
revoluciones altísimas ; sostener ese ritmo todo el primer tiempo era
complejo para ambos.
Argentina aguantó los embates de la
Roja y apeló recursos más pragmáticos. Quitar, pasar y pelotazo largo para que Agüero gane la dividida
o intente pivotear. Por momentos, Di María, Messi y Pastore parecían
aislados y el equipo lo sufría. Messi buscó al Kun con un pase
entre líneas, pero Agüero, exigido, no llegó a conectar.
Sobre los 10', Vidal tuvo una clara
de volea, pero Romero se la tapó con una gran estirada.
Diez minutos después, Bravo le negó el gol de cabeza a Agüero
en el primer palo tras un tiro libre de Messi .
La lesión de Di María (¿desgarro?)
sobre los 25' y la entrada de Lavezzi le quitó una variante importante al
equipo del Tata , que pasó a depender demasiado de la
inspiración de Messi o Pastore. Moría el primer tiempo y Argentina volvió a
paralizar a los más de 40 mil locales que llenaron el Estadio Nacional de
Santiago. El Flaco hizo la pausa justa y vio llegar
al Pocho , cuyo derechazo encontró bien ubicado a Bravo.
Mucho toque de primera, mucha pierna
fuerte de ambos lados y un capítulo inicial que se diluyó entre buenas
intenciones, tensión y ningún gol.
Lógicamente, las piernas dejaron de
responder con la misma intensidad y empezaron a cobrar relevancia otros
factores: pensar, no perder la paciencia y los cambios que pudieran implementar
los entrenadores.
Messi y Pastore (salió por Banega) se
apagaron, Agüero estuvo muy alejado (entró Higuaín) y el aporte de Lavezzi fue
nulo. Así, Argentina era un equipo largo, partido en sus líneas y
desconcertado. En el local, Valdivia desapareció y fue reemplazado
por Matías Fernández. Chile manejó mejor el trámite, pero nunca tradujo
superioridad en contundencia.
En la agonía del partido, en
una notable maniobra individual, Messi corrió 30 metros con pelota
dominada y cedió para Lavezzi, que quiso entregarle el gol a un Higuaín que no
pudo llegar a pellizcarla.
ALARGUE Y TENSIÓN
En la prórroga, Chile siguió
instalado en campo argentino trabajando cada avance y el combinado albiceleste
intentó cortar y salir rápido. Sin embargo, las energías escaseaban, el tiempo
corría y la diferencia cada vez más estaba en los pequeños detalles.
Como un mal cierre de Mascherano en la mitad de la cancha que le dejó vía
libre a Alexis y, de no haber sido por la corrida de Zabaleta, pudo haber terminado
en gol.
Los últimos 15 del suplementario
fueron épicos. Lavezzi acalambrado, Mascherano con dificultades para caminar y
esa misión ambivalente de ir por la victoria o procurar asegurarse el empate y
los penales.
Los goles nunca llegaron y, como
contra Colombia, hubo que recurrir a los penales:
-Fernández la clavó al ángulo: 1-0
-Messi la cruzó fuerte abajo:
1-1
-A Vidal casi se lo saca Romero, pero
entró: 2-1
-Higuaín la tiró a las nubes: 2-1
-Aránguiz no falló: 3-1
-Bravo le adivinó la intención a
Banega: 3-1
-Alexis la picó y Chile campeón: 4-1
No hay comentarios.:
Publicar un comentario